El peligro de las olas de calor

Los periodos prolongados de calor colocan a la población en una situación de peligro, muy especialmente a las personas ancianas y a los niños, quienes deberán hidratarse convenientemente y protegerse de la acción solar directa para evitar males mayores.

El calor, una ola que ahoga

Las personas estamos habituadas a vivir a unos niveles de temperatura determinados, los cuales se ven ampliamente superados cuando la ola de calor llega al territorio. Este calor intenso y prolongado obliga a los organismos a adaptarse a unas condiciones de vida más extremas, que según las últimas investigaciones llegan a incrementar el riesgo de mortalidad en un veinticinco por ciento sobre las condiciones normales. El golpe de calor puede tener consecuencias desastrosas, motivo por el cual resulta imprescindible tomar un serie de medidas para evitar sus efectos. La primera de ellas, fundamental, es beber agua permanentemente, aunque no se tenga sed, para hidratar el cuerpo muchísimo más de lo normal y prevenir los desfallecimientos por calor. Del mismo modo, la incidencia del sol directo incrementa la sensación térmica elevada y es perjudicial: buscar la sombras es, pues, una conducta sensata.

Un mayor riesgo para todos

Además de beber agua con frecuencia y evitar el sol directo, es conveniente frecuentar los lugares más frescos, emplear crema solar de alta protección, vestir con ropa ligera, preferentemente clara, y llevar sombreros, gafas de sol y gorras para cubrir en lo posible la mayor parte del cuerpo. Huelga decir que no conviene realizar ejercicio físico durante los momentos de máximo calor, pues el riesgo de sufrir este mal se incrementa. Ya se ha comentado que son los niños y los ancianos, sobre todo, quienes sufren el máximo peligro en estos casos, pero no son los únicos, ya que en general es un mal que puede afectar a cualquier persona y en cualquier momento de máxima intensidad calórica. En el caso de encontrar a alguien aquejado de este mal, inmediatamente habrá que trasladarlo a un lugar más fresco y protegido, aflojarle la ropa y tratar de bajar su temperatura corporal con agua tibia, pero no completamente fría para evitar un excesivo contraste.