Salud bucal

Porque has de saber, Sancho, que la boca sin muelas es como molino sin piedra y en mucho más se ha de estimar un diente que un diamante ( Don Quijote )

Haremos un recorrido por las distintas etapas evolutivas de la boca de la persona, desde su nacimiento, y destacaremos algunos aspectos que no solemos tener en cuenta cuando decidimos visitar al dentista.

El ser humano esta dotado de dos denticiones, la de leche y la definitiva, debiendo estar ambas sincronizadas para un desarrollo exitoso del aparato masticatorio, incluyendo las funciones de masticación, fonación y estética, lo cual influye en el bienestar global de la persona.

El primer punto que debemos tener en cuenta , ya que el recién nacido carece habitualmente de piezas dentarias, es el amamantamiento; este será el punto de partida esencial para un perfecto desarrollo de la boca, que deberá durar un tiempo largo ya que es el momento en el cual se iniciará el desarrollo de ambas arcadas, así como los hábitos respiratorios y de deglución. En esta etapa los enemigos a combatir son el biberón, el chupete y los hábitos de chupar el dedo o la lengua.

A continuación la masticación, que se inicia con el paso a la alimentación sólida , seguirá generando el estímulo para el desarrollo de las arcadas, en las cuales se acomodarán las piezas dentales. La perfecta disposición de estas y su engranaje es lo que originará una envidiable salud de los dientes y de las encías, así como de la articulación temporo-mandibular. Por lo tanto, en esta etapa debemos vigilar, con visitas periódicas al dentista, que la relación entre las piezas dentales sea la adecuada (un tallado selectivo a los dos años puede salvar una boca para toda la vida.).

las piezas dentales deben presentar desgaste y separación en el momento del cambio por las piezas definitivas; si son piezas puntiagudas y están juntas, es que esa boca no se desarrolló, por falta de función masticatoria, y tendremos problemas de espacio, dientes mal colocados, problemas periodontales, como piorrea o gingivitis, además de las caries.

Las caries también han de ser tratadas en los niños pequeños para evitar la extracción antes del recambio por las definitivas, ya que guardarán el espacio para ellas generando un estado de salud ideal.

Hemos de tener en cuenta que la boca se verá afectada por problemas de pies (cavo o plano), oculares, de alergias (inclusive las alimentarias), así como por estados emocionales negativos.

Llegados a este punto es obvio recalcar que el profesional de la medicina que debe aconsejar a los padres y vigilar que las revisiones bucales se efectúen, además de controlar los hábitos alimentarios, es el pediatra, hasta el momento que el adolescente pase a ser responsabilidad del médico de cabecera.

Concluiremos entonces, que un niño que ha sido amamantado largo tiempo y evitado el uso del biberón, que inició sus visitas de control al dentista en sus primeros años de vida para vigilar la oclusión o el encaje correcto de sus piezas, llegará al recambio de las piezas definitivas en condiciones inmejorables.

Si ha adquirido el hábito de la higiene bucal usando el cepillo y el hilo dental, fundamentalmente por la noche, después de cenar y antes de irse a cama; además de las visitas periódicas al dentista para vigilar su oclusión, es difícil que llegue al estadio de tener que tratar sus piezas por caries; pero si esto llega, deberán ser tratadas con materiales que no lleven mercurio, sino composites, resinas, incrustaciones de porcelana , etc., pero siempre materiales sin metal. Si la caries esta tan avanzada que debemos llegar a la desvitalización de la pieza, en su reconstrucción usaremos un poste que no sea metálico, de fibra de vidrio o de circonio, etc.

Y si la dejadez ha sido tal que la pieza debe ser extraída, debemos pensar que lo primero será reponerla, aunque sea la única que nos falte, porque el puzzle dentario empezará a desintegrarse al igual que la función masticatoria y a la larga, posiblemente, aparecerán problemas que en principio no relacionaremos con la ausencia de piezas dentales, tales como: dolores de espalda, vértigos, entumecimiento de manos o brazos, etc.

Las distintas formas de reponer las piezas perdidas serán con coronas o puentes fijos o removibles y en su caso, los implantes. En cualquiera de los sistemas que podamos elegir siempre deberemos usar el menor número de metales, y si tenemos que emplearlos, deberá ser siempre el mismo tipo de metal para no entrar en el problema del galvanismo o corrientes eléctricas.

Por último, hablaremos de los cordales o muelas del juicio, las cuales debemos vigilar, ya que en caso de que nos obliguen a cambiar de lado de masticación al causar dolor en el momento de la erupción, debemos acudir al dentista para que revise nuestra oclusión, y si es necesario haga los desgastes oportunos en las piezas para poder masticar del lado que no lo hacíamos, con el fin de evitar problemas en la articulación o en las piezas por un contacto perjudicial.

Los cordales de cualquier modo pueden causar problemas a distancia, aún sin llegar a salir en la boca; por lo cual son unas piezas a vigilar en las revisiones, usando por ejemplo la kinesiología.
Quedan muchos aspectos de la boca y de su relación con la salud global del individuo por tratar y difundir, que espero desarrollemos en un futuro.