La importancia de las mamografías a partir de los 40

Todas las mujeres deben ser conscientes de la importancia de las mamografías a partir de cierta edad, ya que es el método de prevención básico para el cáncer de mama, contra el que la detección precoz es la mejor arma.

La mejor arma es una detección temprana

Ninguna mujer debe olvidarse de lo importantes que son las mamografías para todas, ya que con ellas se puede detectar el cáncer de mama en las etapas más tempranas de la enfermedad, cuando las lesiones aun son pequeñas y ofrecen un mejor tratamiento. Hoy en día, estas radiografías que se realizan en los senos son la mejor prueba para detectar esta enfermedad, ya que gracias a ellas el especialista puede detectar pequeñas anomalías que sugieran ser cáncer de mama, y posteriormente estudiarlas y en caso de que sea necesario, realizar el tratamiento adecuado para que desaparezca.

El estudio se realiza colocando las mamas en medio de dos placas, presionadas con bastante suavidad para que la imagen obtenida sea de mejor calidad. Gracias a las mamografías, las lesiones pueden ser detectadas mucho antes de que el médico o la propia mujer puedan darse cuenta de que estén ahí. Por supuesto, la radiación que se emite durante la prueba es de unos niveles muy bajos, por lo que no supone ningún tipo de riesgo para la paciente.

La mamografía, imprescindible a partir de los 40

La base del éxito de las mamografías se encuentra en detectar los posibles tumores cuando aun no se han desarrollado, por lo que es vital que las mujeres realicen estos exámenes cada cierto tiempo para evitar que una lesión no detectada crezca y ponga en peligro la vida de la afectada. De hecho, la implantación de mamografías periódicas a mujeres mayores de 40 años ha logrado que la mortalidad del cáncer de mama se reduzca a un 30%. Según los especialistas, el primer examen debe realizarse entre los 30 y los 40 años. En este periodo basta con hacerse una prueba, que servirá como base para posteriores exámenes. Sin embargo, a partir de los 40, es recomendable realizar una mamografía bianual. Ya a partir de los 50, lo ideal sería realizar un examen cada año. Para mujeres menores de 30, la mamografía no es efectiva, porque a esa edad la mama tiene una mayor densidad y la prueba pierde en sensibilidad.