El insomnio, un mal de nuestro tiempo

ARISTÓTELES consideraba el sueño como un mecanismo de recuperación física pero hoy sabemos que el sueño no es solo un simple mecanismo de recuperación físico – psíquica, sino que es un estado activo y organizado que tiene un impacto muy importante sobre muchos aspectos tanto fisiológicos como del comportamiento. Por tanto podemos pensar que el sueño es un proceso dinámico en el que nuestro cerebro se mantiene activo y es esencial para el funcionamiento normal de todos los sistemas del organismo incluyendo el sistema autoinmune.

Recientes estudios de investigación concluyen que aquellas personas que duermen habitualmente mal, tienen hasta 5 años menos de perspectivas de vida.

El sueño es, por tanto, un estado complejo, pero fundamental para la vida y que el hecho de dormir es una forma de comportamiento como el beber, comer o socializar.

Es una forma de “apagar” para procesar, consolidar… toda la información recuerdos… según procedimientos todavía desconocidos para la ciencia, pero tal vez imposibles de realizar en estado de vigilia. Y si no puede darse este proceso, nuestro organismo empieza a sufrir las consecuencias. Esto es lo que sucede en los casos de insomnio sea o no inducido. Sabemos que aquellas personas que duermen mal son menos eficientes en el trabajo, más peligrosas al volante, poco propensas a socializar, más vulnerables a las enfermedades y en general tienen peor calidad de vida.

Y aunque son múltiples los trastornos del sueño, sin duda el más común es el insomnio.

Y dentro de este síntoma, porque no es una enfermedad, podemos diferenciar dos clases, el agudo y el crónico. Cuando los trastornos del sueño se concentran en un periodo que va de un día a pocas semanas, hablamos de una fase agua y cuando se prolonga varios meses se habla entonces de un insomnio crónico.

Son muchas las causas que pueden llevar a un estado de insomnio. Pero podemos resumirlas en físicas y psicológicas. Y entre las primeras conviene destacar las sustancias xenobióticas como el café, alcohol o nicotina y la mala higiene del sueño o malas costumbres. Y ente las causas psicológicas cabe destacar el estrés, exceso de emotividad los estados de ansiedad, la fobia del sueño o el miedo al propio insomnio.

Estas y otras son causa de un sueño fragmentado, en el que se interrumpen las fases y los ritmos y que dan como resultado, en el mejor de los casos un sueño poco o nada reparador.

Es muy importante determinar la causa primaria tanto física como psicológica ya que nos va a permitir asociar el tratamiento sintomático con la búsqueda de las causas primarias que nos ha de llevar a un tratamiento definitivo.
Para poder elaborar un tratamiento natural, integral y con garantía de éxito es necesario saber y tener en cuenta que el insomnio tiene a menudo una etiología multifactorial y por tanto requiere intervenciones múltiples. De todos modos las pautas sintomáticas son esenciales al principio, porque el sueño representa por si mismo un importante recurso de recuperación para el organismo, por lo que si esta no se diera, cualquier otro tratamiento de fondo estaría destinado al fracaso. El concepto de favorecer un sueño reparador es fundamental en cualquier tratamiento natural.

Antes de entrar en el tratamiento integral para combatir el insomnio es bueno conocer la importancia de las sustancias xenobióticas en los factores del dueño.

La cafeína en todas sus formas, es, sin duda la de más consumo en el mundo. Se supone que el 75% de la población la consume a diario para despertar en alguna de sus presentaciones (café, té, bebidas de coca, chocolate…). Sabemos por multitud de estudios que la cafeína potencia la atención, pero reduce la duración del sueño, retrasa su aparición y aumenta el número de veces que despertamos por la noche.

En cuanto al alcohol, que suele facilitar la aparición del sueño, produce después muchos “despertares” nocturnos y muchas pesadillas que conducen a un mal descanso. Igual acción tiene la nicotina que además hace que el sueño sea más ligero y el descanso mucho peor y a medio y largo plazo lleva necesariamente a la apnea del sueño con graves consecuencias para la salud y que muchos fumadores conocen también.
Una vez hecha esta exposición de los factores más importantes que conducen al insomnio, vamos a entrar en su tratamiento natural, pero este tratamiento nunca tendría éxito si no tiene en cuenta todo lo dicho hasta ahora.

TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO: INSOMNIO

LA HIGIENE DEL SUEÑO:

Muchas personas tienen horarios de trabajo largos o irregulares, pero también muchas oportunidades de diversión.
La nuestra, es una época en la que, con relación a otras obligaciones, el sueño quedó desplazado a un segundo plano, y sin darse cuenta la sociedad en general se ha creado múltiples razones para no dormir, pero al mismo tiempo hecha en falta y se lamenta de las pocas oportunidades para dormir.

En todo caso para conseguir un sueño reparador hemos de empezar siempre por aplicar la higiene del sueño, muchas veces suficiente por si misma para llegar al éxito. Y en otros casos es preciso complementar con tratamiento natural.
Esta higiene, en el fondo mantiene la filosofía hipocrática de que “si quieres recuperar la salud, debes hacer lo contrario de lo que hiciste para perderla”. Por tanto si lo que pretendemos es un buen descanso, debemos:

-Limitar o eliminar la nicotina, cafeína y alcohol.

-Mantener un horario regular para acostarse y levantarse, incluyendo días libres y festivos.

-Practicar actividad física con regularidad.

-No hacer de la cama un refugio para pensar, resolver problemas…

-Utilizar la cama para dormir, no para ver la tv. o comer.

-Limitar el sueño a un máximo de 8 horas.

-Evitar la “siesta” durante el día y si es imprescindible, no superar los 30 minutos.

-Cenar algo muy ligero.

-Evitar luces muy intensas en la habitación.

Podemos completar estas pautas, con un tratamiento a base de plantas medicinales y otros complementos.

-Niacina o B3 que entre otras funciones colabora en la desintoxicación del organismo y el normal funcionamiento del cerebro.

-Vitamina B6, que mantiene y regula la función del sistema nervioso y es fundamental en la formación de niacina.

-Magnesio, intervienen el equilibrio hormonal, en el sistema neurológico y favorece el sueño y la relajación, entre otras múltiples funciones en el organismo.

-Griffonia Simplicifolia, es una leguminosa cuyas semillas son ricas en una sustancia conocida como 5-http que sintetiza la serotonina que es un neurotransmisor regulador del sueño.

-Cimifuga Racemosa, Se trata de una planta que uno de sus componentes (27- de oxiacteína) posee una actividad análoga a la de los estrógenos, de ahí que habitualmente la venimos utilizando en los síntomas menopáusicos, síndrome premenstrual, dismenorreas, espasmos de útero, osteoporosis y en general en aquellas patologías relacionadas con los cambios estrogénicos. Tal vez por eso hemos olvidado que en combinación con el hipérico se pueden conseguir muy buenos resultados sedantes.

-Hipérico o Hierba de San Juan, Tiene un efecto sedante y antidepresivo.
La experiencia profesional nos indica que combinada con la cimifuga, sobre todo en la mujer, actúa como un importante conector de los niveles de insomnio. Pero también se sabe que sólo puede llegar a controlar el insomnio sobre todo cuando va unido a una depresión.

-Pasiflora incarnata, Es una de las plantas más populares y desde siempre se viene utilizando como sedante natural y relajante nervioso. Es una planta sobre la que se han hecho muchos estudios científicos y todos avalan esta acción terapéutica. Por eso se convierte en el tratamiento de referencia en casos como insomnio, ansiedad, irritabilidad, tensión nerviosa, espasmos musculares…

-Valeriana officinalis, hay multitud de estudios que demuestran que esta planta posee una acción sobre el SNC que induce al sueño, mejora su calidad, no produce somnolencia a la mañana y no crea dependencia. Muchas veces asociada a la pasiflora, se convierte en el tratamiento de elección en los casos de insomnio.

-Naranjo dulce. Las flores de naranjo suelen utilizarse asociadas a otras plantas como calmante en el nerviosismo y en la tensión nerviosa. También suele usarse el aceite esencial en lugar de la infusión.

-Amapola. No era infrecuente, en algunas zonas de Galicia, en los años 50-60 cuando todavía había grandes trigales, que las abuelas recogieran las cápsulas llenas de semillas y las dejaran toda la noche debajo de la almohada sobre todo de los niños.El calor iba deshidratando la cápsula, aún algo verde, y desprendía así unos alcaloides con acción sedante y ligeramente hipnótica. Y a decir de las abuelas los resultados eran muy buenos.
Además de las plantas con acción, somnífera, sedante o relajante de uso interno, conviene saber también que
disponemos de otras de uso externo con resultados muy importantes. Quizás las más comunes y más conocidas son:

-Lavanda que aplicada en el baño se absorbe a través de la piel y por vía respiratoria y produce una sensación relajante que nos induce al sueño.

La esencia de Naranjo y la angélica son otras plantas de idénticos resultados, que refuerzan y completan la terapéutica de los pacientes de insomnio.

Disponemos de muchas otras plantas también reguladoras del sueño, aunque tal vez éstas sean las más populares.
Conseguir regular los ciclos del sueño es todo una forma de vida, en donde la fitoterapia tiene un papel muy importante, pero no lo es todo. Por eso siempre es conveniente que, al tratarse de una patología que va a influir en nuestra calidad de vida tanto individual como social, sea siempre un buen profesional quien nos paute un tratamiento a corto, medio y largo plazo adecuado a nuestras circunstancias profesionales, sociales, de edad, carácter y demás condicionantes.
De esta forma podemos evitar convertirnos en enfermos crónicos, dependientes toda la vida de los productos de síntesis o farmacológicos y de sus efectos secundarios en nuestro organismo.